Palestina en Navidad

Disculpen si no encuentro las palabras exactas, que sé que aquí hay gente de buena prosa y verso, pero me temo que no lograré ser ni tan propio ni tan poético, en esta Navidad.

Me parece pertinente compartir algunas ideas que piden posada en mi cabeza en este día tan especial:

1. Me parece irónico que celebremos la llegada de un profeta histórico que inspiró a cristianos y musulmanes, con una filosofía que se basaba en amar.

2. Me parece aún más irónico –por no decir dramático– que dicho profeta haya nacido en Bethlehem, a unos 70 kilómetros de Gaza, en tierra que aún es Palestina, en una época donde convivían –con sobresaltos y conquistas– árabes, judíos, filisteos, fariseos, romanos, persas, africanos, entre otros gentilicios del tiempo y el lugar.

3. Queda fuera de mi comprensión que el gobierno israelí, sus dirigentes y su ejército, lleven más de dos meses y medio bombardeando la tierra que ocuparon, en un forzado asilo y sin acuerdo legítimo, luego de ser perseguidos injustamente en la Europa Occidental y Oriental. La proyección es enorme y me rebasa que justo ahí haya nacido dicho profeta, que según escrituras, hablaba arameo y hablaba de paz.

4. Van más de veinte mil muertos palestinos, una segunda parte son mujeres y niños, sesenta y cuatro periodistas fallecidos y decenas de miles más heridos. Gaza está prácticamente destruida –incomunicada y sin recursos básicos– y Cisjordania, o el «West bank», están ilegalmente ocupados. El Estado Israelí no da muestras de tregua y asegura que va por más.

5. El 25 de diciembre las fuerzas de defensa israelí llevaron a cabo múltiples redadas en Cisjordania y ataques aéreos en Gaza. Mataron a siete líneas familiares y al menos a 250 personas. Un joven palestino recibió un tiro en el cuello y son muchos los palestinos cristianos y musulmanes que están en duelo. Hubo luto, no Navidad.

6. La gran mayoría de los muertos palestinos desde que comenzó el conflicto no son terroristas y no son de la milicia de Hamás. Es más, Hamás no opera en el «West bank».

7. Me parece inaudito que el gobierno de Israel desoiga todas las resoluciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y sobretodo la última, en la que 153 países –de los 193 que la conforman– votaron a favor del cese al fuego y un acuerdo de paz.

8. Me molesta que los gobiernos de Estados Unidos, Paraguay, Guatemala, Chechenia, Liberia, Israel, Micronesia, Naurú y Nueva Guinea, votaran en contra de dicho cese al fuego, que aunque no es vinculante, es un firme posicionamiento internacional. Me duele que gobiernos como el de Alemania, Argentina y Gran Bretaña se abstuvieran de votar junto a otros veintitrés países más. Y peor aún, que el gobierno de Estados Unidos vetara el 8 de diciembre la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, que sí era vinculante.

9. De la misma manera, me alegra que judíos de todo el mundo se manifiesten a favor de la paz, porque esta guerra no es de ellas y ellos y no es en su nombre. El culpable no es el pueblo ni la religión, es el gobierno y sus intereses.

10. Casi por último, les comparto que llevo días debatiéndome en las alfombras de mi cabeza si esta Navidad está para celebrar. Pero quizá recordando el nacimiento de aquel profeta, mandemos un mensaje importante y universal: el amor es el más alto nivel de conciencia y es el camino a la eternidad.

11. Por eso, insisto que no dejemos de hablar de Gaza y no dejemos sola a Palestina en Navidad. Desde el mar hasta el río hago un llamado, porque considero que si el Jesús histórico volviera a nacer hoy, nos daría una inevitable lección de amor, respeto y paz.

Alonso Monroy Conesa/ 25 de diciembre/ Huasca de Ocampo, México.

Fuentes:

AJ+ en Español

BBC internacional

El País