La ansiedad y la culpa son reacciones naturales del ser humano, siempre han estado ahí y siempre aparecerán. Lo importante, desde mi mente, es entenderlas, desmenuzarlas, comprenderlas, para luego cambiarlas. Es natural que si escuchamos noticias de miedo, crisis económica y violencia, nos sintamos ansiosos. Es natural que, ante un contagio tan fácil, nos sintamos culpables. Vamos a explorar el tema.
La ansiedad se manifiesta cuando un miedo fuerte se hace presente, nos ponemos en estado de alerta ante la amenaza, sea cual sea la amenaza. Así, ante esta crisis humanitaria causada por un mortífero virus, se espera que muchos presentemos ansiedad ante los inevitables cambios en el camino. Perder la chamba, dejar de salir de casa, no tener dinero, cambiar de casa o saber que mucha gente es población vulnerable ante el bicho, causa ansiedad. Los cambios, las decisiones bajo presión, o las noticias fuertes que llegan sin aviso, causan ansiedad.
Será importante saber cómo manejar esa ansiedad y cómo trabajarla. Será importante apoyarse en información confiable, buenos consejos y buenos remedios. Porque así como la ansiedad es natural, el remedio también, lograr relajar el organismo es un camino interesante. Y también existen apoyos externos que pueden ayudar. Creo, desde mi opinión, que es clave la información para bajar el miedo y la presión. La incertidumbre, es aliada eterna de la ansiedad.
Otro fenómeno social, humano, que aparece en tiempos de crisis es la culpa. De hecho, creo que se siente más cuando la crisis involucra a un virus que se contagia de persona a persona. Culpa por contagiarse. Culpa por contagiar a alguien más. Culpa por ser irresponsable. Culpa por no poder ayudar. Culpa por haberse equivocado. Desde mi punto de vista, vivimos en un mundo que aún (no siempre, y no en todos lados) usa la culpa en muchas formas. Nosotros mismos, a veces, somos presa de la culpa.
Ante la culpa, siento que es importante el perdón, la empatía, la reflexión, el aprendizaje y el crecimiento. Lo que algunos llaman como la sanación. Creo que el trabajo psicológico ayudará ante la crisis, que así como hubo traumas post-guerra o post-Vietman, también puede haber problemas psicológicos después de esta crisis del virus. Pensemos que somos positivos ante el virus, ¿Cambiaríamos nuestro comportamiento? ¿Aparecería la culpa? ¿Saldríamos a la calle? ¿Nos lavaríamos más las manos? ¿Cómo nos sentiríamos?
Desde mi punto de vista, creo que siempre será mejor la información verificada y certera para combatir la culpa y la ansiedad. El conocimiento es buen remedio para estos avatares de la vida, ayuda a abrir la cabeza y tener hallazgos y aprendizajes. Compartir reflexiones, consultar la ciencia, contar nuestra historia, escuchar la de otros, diferir, cuestionarse y hacer terapia, también pueden ser un buen paliativo. Es sólo un consejo y una recomendación.
Sigo al tanto, desde Berlín.