El México verdadero

Foto de arte callejero mexicano. Autor: desconocido.

Estas noticias llegan rápido. La sangre llama, la tierra llama, tu pueblo la está pasando mal. Se estira el tiempo, se estira el pecho, se detiene todo lo demás. Está temblando en México. En qué fecha, en qué momento, en qué contexto. Y en instantes, se confirma la noticia: «Está temblando en México. Éste sí estuvo fuerte. Ahora vino de Morelos». Y sí, está temblando en México, y sabes que va a ser una noche larga en tu país. 

El sismo

El día de ayer a las 13:14 un sismo de 7.1 grados en la escala de Richter azotó los estados de Morelos, Puebla, Guerrero, el Estado de México y la Ciudad de México. El origen del terremoto fue en el municipio de Axochiapan, en los linderos de Morelos y Puebla, a 150 kilómetros de la Ciudad de México. Por eso cimbró con fuerza en el Valle de México, por eso se sintió con furia en en Tzicatlán, en Cuautla, en Jojutla, en Cuernavaca, en Yecapixtla, en Yautepec, en Xochitepec, en Atlixco, en la zona Mixteca, en Tehuacán, en Puebla de Zaragoza, en Metepec, en San Antonio Atenco y en la Ciudad de México.

El primer reporte

La noticia se confirmó por el Servicio Sismológico Nacional: el terremoto era independiente al de hace dos semanas y en esta ocasión quizá la parte más afectada era la zona del centro de la Ciudad de México, construida en suelo blando, sobre la mayor parte del espesor del sedimento del lago de Texcoco, lago de tiempos de Tenochtitlán. Los mensajes comienzan a llegar, y a la par, la voz incansable de Carmen Aristegui entra al aire con un corte de emergencia y una inevitable resignación: «Estaremos informando lo que tengamos que informar». 

La inevitable numeralia

El último reporte oficial de hoy 19 de septiembre, indica que en la Ciudad de México se colapsaron al menos 30 edificios, hay 209 escuelas dañadas y miles de inmuebles sufrieron daños. Los que están ahí, cuentan que es impresionante ver así la colonia Roma, la Condesa, la Juárez, la del Valle, la Narvarte, el Centro, Coyoacán, la Benito Juárez, Tasqueña y Coapa. Desencajan las historias del edificio que se derrumbó por metro Etiopía, el de Ámsterdam, los dos edificios de la esquina de Escocia y Gabriel Mancera, el de Álvaro Obregón y del colapso del Soriana de Tasqueña. No se pueden creer los videos. Estaba pasando; una de las ciudades más grandes del mundo era zona de emergencia. Ese punto de nuestro imaginario cuando la realidad roza la ficción, con sus crueles consecuencias.

Lamentablemente, estas noticias tienen una cronología larga y la novela cada vez se vuelve más amarga. Uno trata de guardar la calma, pero la realidad te impacta y sabes que muchos perderán la vida. Al momento, ya van 217 muertos; 86 en la Ciudad de México; 71 en Morelos; 43 en Puebla; 12 en Estado de México; 4 en Guerrero y uno en Oaxaca. Una de las historias más difíciles de escuchar es la de la Escuela Enrique Rébsamen, al sur de la Ciudad de México, en Coapa. Según los reportes preliminares, hay 21 menores y 4 adultos fallecidos. Ahí, ya fueron rescatadas 11 personas pero aún hay 30 que se encuentran desaparecidas. Las labores de rescate siguen en este momento mientras amanece en la Ciudad de México, y yo redacto esto en Dublín.

El contexto

El terremoto de ayer llega en momentos de definición para México. Lo de ayer ocurre doce días despues del terremoto de 8.2′ que devastó la costa sureste de Oaxaca y Chiapas el 7 de septiembre. Esa noche, las comunidades más afectadas fueron de otro México, uno que vive escondido en la pobreza, en la desigualdad. Esa noche, el terremoto golpeó a las comunidades de Tonalá, Tijijiapan, Arriaga, Los Corazones, Santa María Xadani, Ixtepec, Asunción Ixtepec, Juchitán de Zaragoza y casi todo el Golfo de Tehuantepec. Esa noche hubo 283 municipios dañados de Oaxaca y 97 de Chiapas, y a la fecha van 98 muertos y muchos más desaparecidos. Desaparecidos que serán velados durante 40 días y 40 largas noches en una de las zonas más marginadas del país. Una que tristemente tardará muchos años en recuperarse, lo que se pueda recuperar.

El sismo de ayer, también llega justo el mismo día y 32 años después del terremoto del 85′, que fue un parte aguas en mi país. Justo ayer por la mañana, como cada 19 de septiembre, se realizó un simulacro en la capital del país para recordar qué hacer en caso de sismo. Justamente ayer por la mañana, como cada 19 de septiembre, la bandera se izaba a media asta y en varias escuelas de la zona se guardaba un minuto de silencio en honor a los caídos; un minuto de silencio seguido por el himno nacional. Justamente ayer, y es que las ironías abundan en la desgracia.

A su vez, es imposible omitir que el sismo llega en un contexto de un país que vive una ola de violencia brutal. Es imposible no mencionar que en los últimos meses México ha roto récord en cifras de homicidios dolosos. Sólo en mayo, hubo 2, 234 casos registrados de manera oficial. Según la misma fuente del gobierno federal, van más de 80 mil en lo que va del mandato de Peña Nieto. Es imposible omitir lo que sucedió con Mara, con la muerte del cineasta y con la muerte de tantos de los que no se habla. Tampoco, y creyendo en el ejercicio periodístico, debe olvidarse la Estafa Maestra, las elecciones consumadas de manera autoritaria en el Estado de México y mucho menos que estamos a una semana de cumplir tres años de Ayotzinapa, un caso que cómo lo detalla Ernesto López Portillo en su plumaje de Animal Político, de manera oficial y absurda, «no hay elementos suficientes para acusar por homicidio o por desaparición forzada a nadie». Es imposible omitir este contexto. Tenemos que decirlo, en qué momento tembló en México.

La respuesta de la gente, cada quien desde su trinchera

No hace poco lo decía con mejores palabras el Dr. Lorenzo Meyer, «comprender el contexto y recuperar la memoria colectiva nos hace entender nuestro presente y un posible futuro. Por eso vale la pena hacer este tipo de ejercicios». De mi parte, y desde mi trinchera en Dublín, también creo que entender nuestra realidad nos hace entender nuestra respuesta. Antes de irme a dormir, y después de una larga jornada para México, con lo que me quedo después de toda esta tragedia es con la respuesta de la gente, la solidaridad. Desde los primeros instantes, la gente se volcó a las calles a ayudar. Son impactantes las imágenes de ríos de personas y miles de manos arriba diciendo en alto: «aquí estoy, vengo a ayudar».

El temblor a todos nos sacudió, y toda la información que me llega desde México relata historias de mucha gente participando, tratando de hacer algo; de sacar escombros, de encontrar gente, de aferrarnos a la vida. Después de toda una noche en vela, son muchos los que siguen en el lugar del derrumbe. Son muchos los que buscan ayudar desde sus capacidades y a su manera. Muchos hicieron recorridos en motocicleta, muchos hacen comida para los brigadistas, muchos coordinan la ayuda, muchos están ofreciendo su casa y muchos otros están buscando señales de vida. La calma, la esperanza y la sapiencia no se pueden derrumbar.

Lo que sé, es que la gente está unida y despertó serena un día después. Ojalá que se mantenga la fuerza y se mantenga esta respuesta. Y es que como diría mi padre y diría el Popol Vuh: «que todos se levanten, que nadie se quede atrás, que no seamos ni uno, ni dos de nosotros, sino todos». Todos buscando colaborar.

El verdadero México

Porque este es México. El solidario, el comunitario, el valiente. El México de todos los oaxaqueños y chiapanecos que siguen durmiendo en la calle. El México que después de sendos terremotos y huracanes dice: “fuerza”, “estamos de pie”. El México de sangre tibia y don humanitario. El hábil, el ingenioso, el hidalgo. El México que quiere un cambio, el México que se siente orgulloso de ser mexicano. El México ciudadano. El México de todas las mujeres que exigen justicia. El México de Mara, el de Carmen y el de las Denisse Dresser. El México de los que se atreven a investigar a pesar de todos los periodistas muertos. El México que salió a la calle, el que se moviliza, el que responde. El México que levanta la voz. El México de todos nosotros. El México que queremos.

El México más consciente, el milenario, el de los abuelos, el que quiere que vuelva la luz para los de la larga noche de los quinientos años. El México aprendiz de guerrero. El México guardián. El México con mirada de Lobo y corazón de Venado. El que vio ayer mi querida prima Jimena. El México de mi hermano Pablo, el México de todos los que no han dejado de ayudar. El México que lleva una noche en vela ante el terremoto. El México verdadero.

La causa

Termino este texto, dejando una forma de ayudar a nuestro país que a mi se me hace muy válida, la de apoyar las verdaderas causas. Como ésta, que pide que los 7 mil millones de pesos destinados a los partidos políticos de cara a las elecciones del 2018, se asignen a las víctimas del sismo del 7 y 19 de septiembre. Vamos a cambiar esto, firma la causa:

Debe INE donar los casi 7,000 millones de los partidos a víctimas del Sismo 7 y 19 Sept.

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Centros de Acopio:

Opción 1      Opción 2     Opción 3

Opción 4      Opción 5

Fuentes:

Aristegui Noticias

Animal Político

Excélsior