El Gòtic

Foto del Barrio Gótico de Barcelona tomada en mayo del 2017.

Me puedo imaginar a Salvador Dalí y a Federico García Lorca, delirando en este barrio entre versos e ironías. También me imagino que por aquí caminaba un pintor malagueño que firmaba como Pablo Picasso, dando cátedra a un joven aprendiz catalán que llevaba el nombre de Joan Miró. Al mismo tiempo, me imagino que por estos callejones se perdía Gaudí debatiéndose entre los bocetos de una imposible Sagrada Familia. Me puedo imaginar a los cuatro pateando las carrers de Escudellers, Avinyó, Portal del Ángel y la Boquería. Me puedo imaginar a estos genios, y a cien poetas más, encantados con la fascinante complejidad de este barrio, el barrio Gótico de Barcelona.

También me imagino cómo fueron aquí los años de la guerra. Me imagino gente obrera y de clase media conspirando por una vida democrática y una libertad de ideas. Sé que aquí corrió sangre republicana. Sé que muchos se tuvieron que esconder. Sé que muchos tuvieron que partir. Sé que muchos tuvieron que callar. Sé que aquí se vivieron capítulos muy crueles durante los años de la dictadura. Me imagino cómo se invadieron las calles de militares y cómo los presos desaparecían a espaldas de Plaza Catalunya. Me imagino cómo fueron los bombardeos en la Plaza de Sant Felip de Neri, y en docenas de calles más. Aún se pueden ver las huellas de las metralletas y aún se puede sentir la tristeza. Sé que aquí se gritó con fuerza el día en que Franco murió. 

Al mismo tiempo, me imagino cómo fue la vida de este barrio en la Edad Media. Cuenta la historia que fue un importante barrio judío que vivió su esplendor con el mandato del Rey Sant Jaume I, en los años de 1200 después de Cristo. Sin embargo, también cuentan que en el año 1300, el cristianismo se impuso y corrió sangre contra los judíos; los que no fueron expulsados del barrio, murieron aquí. La ignorancia cristiana destruyó por completo una judería con más de 600 años de historia, y es que se dice que este Call -barrio judío en catalán- era uno de los más importantes de Europa, y que su Sinagoga, una de las más viejas del continente. También se dice que después vinieron años de mucha riqueza y poder para la iglesia y la burguesía catalana.

Por último, me puedo imaginar pantallazos de cómo fue el barrio Gótico en la época del Barcino, hace más de dos mil años, cuando esta era una colonia romana. Cuentan que las legiones romanas se establecieron en un inicio en Montjuïc, pero años después se trasladaron al corazón de la ciudad y de frente al Mediterráneo, en el monte Táber, que hoy es una parte del Gótico. Hay pocos registros históricos de esta etapa, pero lo cierto es que aún quedan vestigios de murallas, columnas, tumbas y losetas de piedra que rodean al barrio y que datan de siglos antes de Cristo. Me puedo imaginar la Barcelona más antigua y quizás la más salvaje. 

Hoy el barrio Gótico es un majestuoso laberinto de luces y sombras que respira mitos y novelas. Y aunque ronda la controversia sobre su autenticidad gótica, y aunque casi todo el día está lleno de turistas, para mi el barrio sigue manteniendo su encanto. Y es que también está lleno de callejones, callejuelas, balcones, plazuelas, fuentes, y varios bucaneros y doncellas. No importa si se reconstruyó con el paso de los años, no importa si en la época modernista se le dio una estratégica mano de gato, lo que le importa a mi historia es que era uno de mis barrios favoritos de Barcelona. Un barrio en donde yo solía levantar una cortina de metal, abrir un local y moverme por ahí desde horas tempranas del día. Un barrio que cada día me sorprendía, y es que el Gòtic, es un barrio que huele a tres mil años de historia.

Bibliografía: