Eres futbolista pero en tu nombre se esconde una milenaria profecía. Tu leyenda cuenta que alguna vez fuiste un águila de sangre mexica que descendió con el sol. El último Tlatoani del valle de México y un atrevido guerrero que defendió esta tierra hasta las últimas consecuencias. Caudillo que se ganó el respeto del pueblo y de los Dioses. Un hombre que dejó el alma en cada batalla que nos representó. Cuauhtémoc, sé que eres futbolista, pero por momentos me hiciste recordar la historia del último gran Emperador.
El miércoles pasado, el Estadio Azteca le rindió tributo a uno de los mejores futbolistas que ha dado esta tierra: Cuauhtémoc Blanco Bravo. Con 41 años de magia y experiencia, el ‘Cuau’ deleitó con su juego descarado e inteligente en el partido entre México e Israel, que también fue la despedida de nuestra Selección rumbo a tierras mundialistas. Aunque la próxima temporada jugará con en el Puebla, Cuauhtémoc portó por última vez la camiseta verde, dejando a su paso un enorme legado.
El ‘Temo’ es un hombre que ha sabido ganarse un lugar en la vida. Desde muy chavo echaba la cáscara en el barrio de Tepito, y poco a poco, su estilo desenfadado levantaba más comentarios entre los vecinos. Un día fue descubierto por un caza talentos del América que lo llevó a probarse con las fuerzas básicas del club. Cuenta la historia que el ‘Cuau’ jugó de defensa central el día del selectivo y fue un completo desastre. No se quedó en el equipo.
Pero el joven de 17 años volvió un año después como delantero y esta vez la historia fue totalmente diferente: el “Zurdo” López lo debutó en la Temporada 91-92 y así arrancaba una trayectoria de ensueño. Durante la temporada 94-95 compartió el ataque titular del América con Omam Biyik y fue dirigido por el técnico holandés Leo Benhakker, quien desde un inicio reconoció su extraordinario talento.
Con la Selección Nacional vivió su primer romance en la Copa de Oro de 1996, cuando metió el gol con el que México venció a Brasil en la Final. También brilló en el Mundial de Francia 98’ con el golazo a pierna cambiada que le hizo a Bélgica en un decisivo empate. Pero quizá el momento cumbre de su carrera con el Tricolor llegó en el verano de 1999, cuando hizo historia al anotar el tanto definitivo con el que México venció 4-3 a Brasil en la Final de la Copa Confederaciones en el Estadio Azteca. Esa noche fue espectacular.
Pero el futbol es ingrato y Cuauhtémoc también ha tenido varias caídas. El 8 de octubre del 2000 recibió una brutal patada en un juego de eliminatoria contra Trinidad y Tobago. La lesión lo dejó fuera de las canchas 8 meses, con lo que se perdió la Copa Confederaciones en Corea y Japón y la Copa América en Colombia. Por lo mismo, fue marginado del plantel titular del Valladolid, escapándose la oportunidad de brillar en el extranjero. Él mismo reconoce que fue el momento más difícil de su carrera.
Cuauhtémoc también ha sido un tipo polémico y controvertido. Vivió un exilio de la Selección Nacional en la era Lavolpe por una pelea personal que sostuvo por años con el técnico argentino. Así, se perdió la Copa América Perú 2005 y el Mundial de Alemania 2006 y todo por cuestiones de orgullo.
Con 23 años de carrera, el ‘Cuau’ es el máximo goleador en activo del futbol mexicano con 144 goles y es el segundo goleador histórico de la Selección Mexicana con 39 anotaciones. Entre su palmarés descansa el Campeonato Clausura 2005 con las Águilas, el Título de Ascenso con el Irapuato en el 2011 y la Copa MX que ganó con los Dorados de Sinaloa en el 2012. Con la Selección, jugó y anotó gol en tres Mundiales diferentes. Ha jugado en 12 equipos profesionales y es el segundo goleador de todos los tiempos del América, sólo por debajo de ‘Zague’.
Definitivamente Cuauhtémoc Blanco es un jugador diferente. Es un auténtico crack que te puede cambiar el ritmo de un partido y el curso de la historia. Un hombre de sangre caliente, exquisita técnica y mucha picardía. Alguien que no sigue al resto. Que entiende la pasión que hay detrás del futbol y el valor que se necesita para cargar con la ilusión de un país entero. Una persona que le perdió el miedo a la vida hace ya mucho tiempo. Un verdadero líder que siempre deja el alma en la cancha y un guerrero como de los que hoy no tenemos. Un tipo real, cercano y querido por la gente, ese fue el secreto de Cuauhtémoc.