Treinta y dos grados

Treinta y dos grados circulan en el escaso viento de esta noche estrellada.
Treinta y dos grados que calientan la sangre mientras el deseo te llama.
Treinta y dos grados que se columpian en la luna cuando te muerdes la boca.
Treinta y dos grados que encienden el camino donde te quito la ropa.

Treinta y dos grados que te desabrochan el sostén y te recortan la falda.
Treinta y dos grados con sudor en la piel mientras te empujo a la cama.
Treinta y dos grados de emociones cuando estoy detrás de ti y recorro tu espalda.
Treinta y dos grados al hacerte el amor como las olas a la playa.

Treinta y dos grados de pasión cuando aprietas los dientes y se te va la mirada.
Treinta y dos grados de fuego cuando nuestras almas se reconocen, se tocan y bailan.
Treinta y dos grados de líbido que se pierden entre tus piernas y las sábanas.
Treinta y dos grados de clímax cuando tocas el cielo y te quedas sin habla.

Treinta y dos grados de corazón cuando te despierto a besos la siguiente mañana.
Treinta y dos grados de ternura cuando me llevas café recién hecho a la cama.
Treinta y dos grados de amor cuando me mensajeas que has llegado bien a tu casa.
Treinta y dos grados de ilusiones para volver a escaparnos cada madrugada.