Quizás parezca un manojo de tonterías, pero si dices conocerme bien, debes conocer este relato, este cuento escrito con las secuencias de mi andar. Es la historia de un viejo teléfono pero en realidad es la mirada de mis últimos tres años y medio. Es la historia del «Calamar Tercero».
El Calamar Tercero es el nombre que le puse a mi teléfono móvil, un Iphone blanco modelo 5s, el cual lleva conmigo los últimos tres años y medio del camino y del galope. Dicho nombre, se lo puse porque tuvo dos Iphones antecesores; El Calamar Blanco (un hermoso Iphone blanco que perdí una noche del 2015 en San Miguel de Allende) y El Calamar Segundo (otro iphone blanco 5, cuya pantalla estalló en 2016).
El Calamar Tercero me ha seguido en todas las aventuras que he vivido últimamente y ha visitado físicamente California, las Islas Fiji, Nueva Zelanda, Australia, Malasia, India, Moscú, Sicilia, Madrid, Barcelona, Irlanda, Escocia, Inglaterra, Dinamarca, Irlanda del Norte, Mérida, Playa del Carmen, Cancún, la Ciudad de México, Estocolmo, Berlín, Amsterdam, Bruselas, Acapulco, Oaxaca, las Islas Baleares y Holbox.
El Calamar Tercero es el teléfono con el que he tomado todas las fotos de mis últimos viajes y, en su honor, así le puse a mi cuenta de Instagram que abrí con la idea de compartir «mi viaje». El obturador de este viejo cacharro ha capturado muchas de las miradas más importantes de mi camino en las últimas 42 lunas llenas. Ha estado en la bolsa en las buenas y en las malas, y si hablara, sería un fascinante cancionero, bucanero, trovador, poeta, y sin duda, un viejo lobo de mar.
Hoy, el Calamar Tercero ya es un teléfono viejo y cansado, pero sigue viviendo en la resistencia. La resistencia de tener que adquirir uno nuevo, sólo porque «hay que comprar el último modelo»; la resistencia contra la modernidad. Sin embargo, el Calamar es presa del consumismo y ya no se puede actualizar (su memoria no lo permite), por lo que son pocas las aplicaciones que puede abrir. También, la pila lucha contra el cansancio del litio, a veces sufre demencia, parálisis, y no sé qué será de él. Lo que sí sé, es que El Calamar Tercero ha sido un valiente compañero, uno que ha visto los siete mares y el manto estelar. Síguelo en @calamartercero.